Casualmente he subido a Sant Feliu de Guíxols hoy domingo por la tarde y he podido pasear por el pueblo casi desierto entre un frío y una humedad memorables.
Me he acercado a la orilla del agua y he escuchado el vaivén de unas olas minúsculas, al fondo el faro sumergido en los tonos de azul me mandaba su guiño de luz y ha salido esta foto que habla de la beatitud de un momento de calma.
La soledad trae mensajes que alegran el alma.
domingo, 13 de enero de 2013
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