martes, 19 de agosto de 2014

Edimburgo

Ciudad abierta al mar; gente acogedora, alegre y generosa (entramos gratis a más de un espectáculo, invitados) Carácter fogoso el del escocés...y en Edimburgo más, pues el origen de la ciudad es su castillo, edificado sobre un volcán. Aquí  lo  de noche y con fuegos artificiales por el Festival Tatum, que reúne a  los mejores ejércitos de gaiteros del mundo. El castillo domina la ciudad sobre una roca imponente de basalto, brillante y espléndida con la lluvia. La lava del volcán dio origen a la arteria principal de la ciudad, la llamada Milla de Oro, porque une el castillo con el palacio real de Hollyrood y tiene esa distancia...más o menos, pero  en milla escocesa, que no inglesa.
El palacio es el  preferido de la reina Isabel II y en él pasa parte del verano camino del de Balmoral, en la Tierras Altas de Escocia. Tiene buen gusto la señora. Pudimos visitarlo. Funcional y cómodo, nada sobra, nada falta. Muy lejos del perifollo y recargamiento de la corte en Europa, guarda un aire familiar que lo hace amigable y cercano.
 Qué bien sabe negociar el inglés...y no digamos el escocés. Temple no les falta, dialogantes son. La prueba está en la forma de llevar el Referéndum sobre la independencia, sin estridencias pero no dejando nada al azar. Saben de su valía y están orgullosos de ella, de su diferencia. De todas formas son prácticos los escoceses y hay muchos que no quieren perder lo que la Thacher les dio a base de cargarse a la clase obrera, tan fuerte en Escocia. Quien no arriesga no gana...aunque como mínimo éstos pueden votar, qué alegría.
 Es listo el inglés, pero astuto el escocés. El cardo es su emblema nacional, pues cuenta la historia que pudo vencer a los ejércitos ingleses desviándolos por campos inmensos de cardos...o ganar a la bien pertrechada caballería inglesas esperándola  hincando rodilla en tierra con sus faldas al viento...mientras ocultaban en la mano derecha entre las hierbas la lanza que luego le clavarían.
Y todo esto te lo explican con gaiteros de fondo y una música antigua preciosa. Canciones y leyendas, que acababan poniéndote los pelos de punta y el nudo en la garganta si además mirabas embobada por la ventanilla la suavidad del monte a los lejos o el verdor de los campos perdidos en el horizonte y esos cielos inmensos tan llenos de nubes a veces, tan brillantes de sol luego, tan rasos y azules.

 

2 comentarios:

  1. Pandora viajera! Gracias por compartir tus impresiones de viaje por Escocia. Por lo que cuentas es lugar digno de visitarse. Castillos, volcanes, palacios, jardines, nubarrones, hombres con falda y gaitas... No hay que perdérselo. Un abrazo.

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  2. Lo malo es el tiempo, como en Galicia, pero ,si no fuese por la lluvia, no podríamos contemplar ese paisaje de extensos pastos verdes

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