Este puente estuve en Granada, la tierra de mis padres y también mi raíz. Llovía pero la belleza era impermeable, anclada en el tiempo y en algunos recuerdos familiares.
Al regreso en el avión realicé este dibujo en una hojilla de una obra de Lorca, Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores, una delicia... esa misma mañana pude bajar tranqueando entre callecillas empinadas desde la Alhambra al centro de la ciudad, mientras mi espíritu saboreaba lo que luego dibujaría, siempre es así.
El embrujo y su magia se ofrecían desde la simplicidad más pura...¡cuánta verdad transmitían!.
Todo viajero guarda Granada en su corazón. Es una de las ciudades del mundo más fascinantes. Jardin eterno, un paraiso con destellos de oriente.
ResponderEliminarY su Alhambra!!!! emociona, hace remover sentimientos.
Cuanta belleza, sobretodo cuando el sol se esconde en la Alhambra.