Ver nevar es un lujo y más si lo haces desde el calor de un fuego refugiada dentro de casa.
Así sucedió la semana pasada en Francia, en La Garonne concretamente y al ladito mismo del río, en el pueblo de St Gaudens.
Así quedó el árbol central del jardín en menos que canta un gallo.
Delicado y bello: hermoso porque evoca paz
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