Ayer estuve con unos amigos en los monasterios de Poblet y Vallbona de les Monges para celebrar la Pascua de Resurección.
El día era espléndido, pasaron las lluvias y dejaron todo tan limpio...brillante, perfecto, que preferí recorrer a solas el caminillo a las afueras del recinto que verlo por dentro.
Me esperaba una dicha de luz...delicada belleza que callada se posaba en cada mata, entre los pastos, por el camino, sobre las lomas...
Todo eran brillos de luz, Pascua del campo conmigo.
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La naturaleza siempre conduce a la espiritualidad; no importa cómo la vivamos.
ResponderEliminarBellas imágenes llenas de paz