Salgo del agua, miro la cala...circular, casi redonda, llena de gente entre sus extremos rocosos...noto la quietud entre el gentío, la dulce satisfacción del agua por el baño recibido, el gusto del estar aquí ahora tendido a este sol con estos brillos...recuerdo a Galdana en el invierno, espléndida y azotada por el viento...grises alados de azul marino.
Imagino la cala como una mujer que abraza a todo el mundo, tal sea o tal hable...acogedora, noble de alma, humana y amigable.
Y siento que en un mundo agitado como éste Galdana sigue su curso con un hacer que une a seres inconscientes, gozosos y desconocidos, que buscan ser felices.
De regreso a casa escribo esto... con un corazón agradecido.
Precioso. Tus palabras transportan a Galdana, gracias por traerla.
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