Botas de monte, tejano grueso, anorak fino y paraguas; mi equipo.
Sola con ellos en el silencio resguardada, pisaba tierra firme... amarronada del barro y salpicada de piedras chicas, mientras veía la hierba verde y dichosa a ambos lados del camino y alguna que otra casa a lo lejos...difuminada por la niebla baja en un día gris e íntimo.
Llegar después a casa, notar su cálida acogida, saber de mi refugio...añadir una ducha caliente, mi infusión y el escribiros... bendicen sin necesid de más este domingo.
En él os dejo, no dudeis que en mi corazón estais conmigo.

No hay comentarios:
Publicar un comentario