Sentada en un banco de la Rambla Catalunya de BCN esperando a una amiga, miré distraidamente al cielo y me quedé boba con lo que veía, ¡qué maravilla!, un contraste precioso de nubes en la tarde que ya se iba; saqué el móvil y disparé primero a la izquierda, luego al centro y final a la derecha.
Silencios sonoros de una soledad bellísima.
Observando, escuchando...esperando...todo se llena de vida.