miércoles, 29 de noviembre de 2023

Global

Hace dos días que hemos regresado a Mercadal, Menorca. 
Dos días de hacerme a este espacio tan diferente de la gran ciudad. Días estos de pintura en grupo con gente nueva, en Maó y  en el pueblecillo blanco de St.  Climent. Días de no parar.
Dos días ya aquí y parece que poco a poco voy tomando tierra, resituándome en casa entre las cosas que dejamos al irnos en Octubre. Retomo armarios, rehago ropas, veo qué sobra y qué falta ...voy recomponiendo este pequeño hogar, simple, discreto y encantador por lo cómodo y acogedor. 

Y al fin hoy, tras los trasiegos que no dan para mucho vuelo, salí  amaneciendo inesperadamente a tirar unos papeles al container.  Estaba aún oscuro y frete a mí se dibujaba el montecillo arriba con su casa; en el seto vecino, bajo el olivo, un mirlo cogía pistonada a sus anchas con sus trinos, mientras cantaba el gallo al fondo diluido en el paisaje y Venus respladecía brillante junto a la luna que menguaba. El viento soplaba... y en ese instante global sentí que la vida era llena, completa y sostenía mi vida sin notarla. 
Estábamos ahí la vida y yo, nada más cierto y nada tenía mayor valor que ese momento.

Y ahora aquí, sentada en el sofá,  escribiéndoos.