miércoles, 29 de enero de 2014

La belleza de Pandora en su ciudad


Esta tarde después de hacer una rica comida para dos buenas amigas de toda la vida, Deiñe y Dolors, y de pasarnos el rato charlando, dormitando y con  con alguna copita en el sofá...me fui contenta  a pasear por mi barrio en BCN y llegué triscando hasta el  vecino Sarrià casi sin darme cuenta. 
Una delicia;  anochecía y"la tarde se puso  íntima como una pequeña plaza"-que Lorca decía- entre un azul de invierno, soñoliento y frío, y los cálidos  tonos malvarosados del sol que se ponía. 
Paseaba por calles silenciosas de la zona alta de la Bonanova mirando los jardines de casas señoras, encantadas y mágicas y más a aquellla hora.

 Los árboles pintaban 
sus ramas desnudas 
en el azulado
 de una noche plácida,
 que ya se anunciaba.  

Cantó un pajarillo
 potente y con gracia, 
por encima el trino
muy alto cantaba,
tan alto que el cielo 
todo lo llenaba
.............................
 y yo allí embobada
 sola lo escuchaba.


lunes, 6 de enero de 2014

LA SAGRADA FAMILIA de BCN




Somos luz y energía para este nuevo año

Me regalé con Félix una visita a la Sagrada Familia la otra tarde para celebrar la entrada del 14, porque intuía que  allí dentro algo importante había...o eso decían. 

 Al entrar el  baño de luz y color me dejó boquiabierta. Me quité el audífono y me dejé llevar por la sensación de fuerza amorosa que se respiraba. Por los altavoces el órgano y una voz de mujer me envolvían bajo un bosque de columnas en las que se  dibujaban los sucesivos matices de luz...los colores que entraban desde cada uno de los cristalitos de las inmensas vidrieras sin traba alguna. La luminosidad  perfecta.
Entonces recordé el fragmento de In Paradiso del Requiem de Fauré...arriba, arriba, arriba...hacia el cielo, en el paraíso, allí me sentía.
 Al salir compré un librillo sobre la vida de Gaudí; de niño no pudo ir a la escuela ni tener amigos por una enfermedad de huesos. Paseaba horas y horas  con la madre entre los campos, las viñas de Tarragona. Los bichos diminutos, el detalle de las flores, la altura de los áboles...el aire...se mezclaban con  la inmensidad del espacio abierto en un  silencio sonoro...una vibración interna, una fuerza energética.
Y así nacía ya en su taller interior la Sagrada Familia, un canto a la vida hecho naturaleza.

 Si han estado ustedes...vuelvan, y sino ¡no se la pierdan! 
Al salir mi chico y yo nos sentimos orgullosos de tenerla tan cerca.
rca.