jueves, 15 de diciembre de 2016

El Hogar

Estoy en casa muchas horas desde hace unos años y siento un entrañable arrobo  al sentirme  bien en ella. He tenido muchas casas y en diferentes zonas, pero la sensación de placidez en torno al sofá -sea éste o aquél- sigue siendo siempre la misma. Me enamora.

El tono armonioso del color, las telas, los cojines, cuatro cosas...un recuerdo sencillo de algún viaje o quizá un dibujo. Esa alfombra bajo la luz vedada aquí y allá, alguna foto, alguna vela...suena una música...y el fondo inmenso y ancho del espacio afuera, en la distancia...lejos y a ratos también muy cerca. Las nubes, el cielo, alguna planta, la flor que cae y cae discreta. La noche y sus estrellas y en la quietud la nueva luz del día, que despierta.





  Todo encaja en un mundo propio, dulce, amigo, acogedor y bello, que me lleva a sentirme bien conmigo en medio.