Vengo de estirarme en las rocas que rodean la playa debajo de casa; allí se veían mejor las estrellas, aunque esta noche no sale aún la luna, que ayer brillaba preciosa iniciando ya su crecida
Así echada recordaba la belleza de la ermita tan cerca allí arriba, mientras las olillas en la orilla mecían con su ritmo suave esta dulce pausa, después de un día de alumnos apretado y denso.
jueves, 7 de noviembre de 2013
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