Y es que hoy quería yo otra cosa diferente de lo que como siempre había.
Y no veía.
Tristona y pesarosa me quejaba y resistía.
Todo es poco cuando estás así perdida...distraída. Quieres más, quieres aquello que ni sabes qué es y tiras, tiras como un peso de tu vida.
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Hasta que algo se abre en ti y la mente comprende que todo cuanto hay -y es mucho- es suficiente, rico, alegre y valioso. Que no precisas más, que incluso sobra...que todo cuanto va contigo ésa es tu vida... y que es bella tal cual, con todas sus carencias.
Pero ¿cómo se llega a esto, así, sin más?
No buscando, no queriendo o deseando y quedándote con lo que hay bien quieta, agarradita a tu verdad, a tu sentir; sea el que sea ahí está, ésa es tu vida.
Que pase el tiempo, los días a su amor e irlo viviendo...sin más, más bien con menos.
Reconocer la vida que tenemos calma, acalla pensamientos tontos y sobre todo nos da un buen tono para seguir tranquilos existiendo.