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Hoy acaba mi estancia en SFG un curso más...y serán diecinueve.
Simbólicamente la foto que subo es como tapas de libro que cierra su lectura mientras el sol de mi conciencia amanece en el horizonte señalando que el camino sigue más allá de aquí y que en realidad el camino va por dentro de mí, no en ningún lugar concreto.
Suelto amarras pues...o al menos lo intento.
Ayer quedé con una alumna de bachillerato para ayudarle en el trabajo de final de estudios, Treball de Recerca, y después de la charla habitual en un banco al aire, nos fuimos a trepar por un camino junto a las rocas que dan a una playa casi desierta, cerca del puerto, para acabar tomando un cafetito en animada charla y tan contentas. Hacía una tarde preciosa.
Ésta es parte de mi dicha aquí, en Sant Feliu, unas fotos y un texto final algo explican.
"Había una vez una mujer que soñaba con poder salir al mundo y conocer la vida, conquistarla.
Y cuentan que con el paso del tiempo fue la vida quien la conquistó a ella...y de la forma más simple y discreta.
A esa unión con la vida ella le llamó su dicha."
Pues así es, acaba un nuevo curso, son diecinueve aquí...y en esta soledad dichosa saboreo la presencia de las simples cosas...como la luz del verano que se inicia, mi pequeño estudio frente al mar, mis clases en el instituto blanco y espacioso, mis alumnos...y sobretodo estas gentes de este pequeño pueblo, muchas anónimas, algunas amigas, y siento que de alguna forma vamos juntos.
