martes, 16 de febrero de 2010

Suavidades de la vida y la muerte

Entre los poemas de mi madre siempre viene a mi mente éste:

"¡Quién fuera brisa y de un soplo
el Universo cruzar,
llenar mis manos de estrellas,
con los luceros jugar
y a la luna darle un beso
en su cara de cristal!.
Es al sol a quien espero,
quiero ver su inmensidad,
porque el calor de sus rayos
a todo el mundo le da."
Es un poema planetario, en el que el ser humano es una brizna más entre el cielo y la tierra, un soplo en medio de la inmensidad del Universo todo, su paso por la Tierra es efímero, pero a la vez gozoso.
Lo esencial para mi madre fue amar la vida, entregarse, pero para ello es esencial ser humilde y ocupar tu lugar con gracia y salero, animosa y discretamente, para poder dejar un buen sabor de boca al irte, cuando te llame la muerte.
Eso hizo mi hermana Marité y así de suave y amable nos llega la dureza de su partida definitiva.
El aroma de amor permanece siempre.

2 comentarios:

  1. Muy bellos los poemas de tu mami.
    Tienes razón, Pandor, no somos nada frente al universo.Hace 14 mil millones de años toda la energía estaba concentrada en un punto más pequeño que un átomo. El origen de la vida tuvo lugar hace 4.400 millones.
    Pasamos por la vida como una estrella fugaz. Apenas un instante.

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  2. no sabes cómo me gusta tu comentario, HIlda, porque llevo años pensando lo mismo, a mis alumnos les hago dictados, comentamos temas, que hablan de esto: estar tranquilos...no luchéis como desesperados, porque somos muy chicos dentro del Universo y los últimos en llegar a él...y además es la vida quien nos va dirigiendo.
    ¡Merci por tu colaboración!

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