martes, 23 de noviembre de 2010

Amanece en Sant Feliu de Guíxols


Cada mañana frente al mar se genera un espectáculo único; a punto de salir para el instituto a dar mis clases debo detenerme para coger la máquina de fotos, disparar...y así retener esa belleza efímera de la salida del sol.


Silenciosa, discreta...descomunal...y cada día diferente, hay momentos en los que el gesto de retratarla me parece tan inútil que me siento ridícula , pues ¿qué sentido tiene guardar algo tan inmenso e irrepetible?


Sola y estática en mi terraza, cada mañana ratifico que ése es mi mayor tesoro en SFG, mientras sé que permanezco aquí para custodiarlo.

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