lunes, 25 de abril de 2011

Regreso a mi playa de SFG




y como homenaje se aparecen en mi imaginación aquellas antiguas sirenas, nostálgicas...ya casi perdidas en la memoria de los del lugar...que divagan distraídos en la técnica.

Pero ahí está ella, tendida indolente en la roca, observadora del mar, de su grandeza, mientras la fuerza cegadora de una luz inmensa se le acerca...


Sirenas de otros mundos, oigo vuestros cantos y el resto se aleja.

2 comentarios:

  1. Muy querida Pandora:

    Las sirenas eran cualquier cosa menos nostálgicas, al menos en la tradición clásica. Aturdían a los navegantes con sus sonidos melodiosos y los atraían hacia ellas, donde naufragaban en las rocas y en sus brazos y bocas.
    Otra cosa es la sirena de la que habla José Luis Sampedro, que es una sirena sabia y templada, que al contrario que sus antecesoras, es ella la que termina enamorada del protagonista. Y se mece entre el amor, la nostalgia y las circunstancias. A mí me encantó la novela y me ha gustado siempre todo lo que escribe Sampedro.
    Finalmente, entiendo que esa sirena de la que hablas y conjugas en tu mente-corazón no es más que una amorosa aficionada al bel canto, que muere porque le den un amoroso achuchón.

    Besos náufragos

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  2. de aficionada nada de nada señor mío, ella canta y su canto no mata sino que enamora...que es otra forma de morir mucho más bella... cada escritor crea su mitología y recrea un mundo propio con el que se expresa, puede tomar de lo antiguo o transformarlo...o ni nombrarlo, lo esencial es que lo que escribe refleje lo que él siente
    Nada d esierenas fieras ni destructoras, no me dicen nada de nada ni expresan lo que yo pueda sentir

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