jueves, 6 de octubre de 2011

El mar como alimento



Ayer os recordaba porque deseé escribiros las sensaciones que experimenté cuando me zambullí en el mar hacia las siete de la tarde, llevo semanas haciéndolo de vez en cuando si puedo...pero ayer fue diferente, más entre el mar y yo, más nuestro.



Este verano inesperado, este regalo de calores y apreturas se nos va definitivamente hasta nuevo aviso y la entrada en el mar tuvo algo de rito, de abrazo, de agradecimiento. El sol se regalaba aún sobre las casas y algunos pinos a lo lejos.



Hoy pude pasear hasta los acantilados con una amiga y allí nos sentamos a charlar mientras mirábamos caer el día con su ritual acostumbrado...¡qué lujo hacerlo!, las montañas a lo lejos, tocando casi a Tossa, eran dragones dorados que entraban en el agua lánguida y desapasionadamente. Todo eraperfecto.



Ahora me noto dichosa, como dentro de un cuento...¿será verdad que yo vivo ahí adentro?

1 comentario:

  1. si fueramos mas conscientes de que nuestra vida es eso...un cuento.Nos seria mas facil tocar el cielo con las manos
    Un beso
    Paloma

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