jueves, 15 de noviembre de 2012

Hay jardines creados para esponjar el Alma, dentro de ellos notas el afecto tierno que da  la Naturaleza, porque   la Madre simplemente te recibe cobijándote  entre su belleza y escucha  tu corazón que en silencio habla.
En cambio el humano en el encuentro con otro conceptualiza entre palabras y más palabras buscando resolver con esa descarga,  consigue juzgar y acaba muchas veces en una  acción que  hierra.
La Madre calla, permanece quieta, te entrega su Alma y estando a su lado... todo se calma.

2 comentarios:

  1. Querida Pandorilla:
    Ciertamente es gustoso el ver el otoño desde ese jardincillo y disfrutar de esos colores que solo son cálidos al lado de la chimenea y enredado en atizar fogones.
    Es una de las estaciones más plenas y gratificantes para el alma.
    Un abrazo

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  2. Una auténtica delicia ese jardín otoñal de tu amiga Luisa. Disfrútalo. Vale la pena
    Abrazo fuerte

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