miércoles, 29 de enero de 2014

Esta tarde después de hacer una rica comida para dos buenas amigas de toda la vida, Deiñe y Dolors, y de pasarnos el rato charlando, dormitando y con  con alguna copita en el sofá...me fui contenta  a pasear por mi barrio en BCN y llegué triscando hasta el  vecino Sarrià casi sin darme cuenta. 
Una delicia;  anochecía y"la tarde se puso  íntima como una pequeña plaza"-que Lorca decía- entre un azul de invierno, soñoliento y frío, y los cálidos  tonos malvarosados del sol que se ponía. 
Paseaba por calles silenciosas de la zona alta de la Bonanova mirando los jardines de casas señoras, encantadas y mágicas y más a aquellla hora.

 Los árboles pintaban 
sus ramas desnudas 
en el azulado
 de una noche plácida,
 que ya se anunciaba.  

Cantó un pajarillo
 potente y con gracia, 
por encima el trino
muy alto cantaba,
tan alto que el cielo 
todo lo llenaba
.............................
 y yo allí embobada
 sola lo escuchaba.


1 comentario:

  1. Querida Pandorilla:
    ¡Qué buenas son las amistades que liabn juntas copas de cordiales caldos!
    ¡Qué buenos son los espiritosos que alientan y encienden amistades y les dan alas!
    ¡Qué buenas esas plazas como tardes y esas tardes como plazas!
    ¡Qué buenos los colores que nos rodean y acogen!
    Yo desde mi ventana me conformo con mirar cómo pronto van a estallas los almendros y cómo, al otro lado de la calle las mimosas van dejando crecer unos botoncitos que en la distancia ya pintan el amarillo.
    Este invierno ya está casi caduco.
    Besos y abrazos
    Andrés

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