Una delicia; anochecía y"la tarde se puso íntima como una pequeña plaza"-que Lorca decía- entre un azul de invierno, soñoliento y frío, y los cálidos tonos malvarosados del sol que se ponía.
Paseaba por calles silenciosas de la zona alta de la Bonanova mirando los jardines de casas señoras, encantadas y mágicas y más a aquellla hora.
Los árboles pintaban
sus ramas desnudas
en el azulado
de una noche plácida,
que ya se anunciaba.
Cantó un pajarillo
potente y con gracia,
por encima el trino
muy alto cantaba,
tan alto que el cielo
todo lo llenaba
.............................
y yo allí embobada
sola lo escuchaba.
Querida Pandorilla:
ResponderEliminar¡Qué buenas son las amistades que liabn juntas copas de cordiales caldos!
¡Qué buenos son los espiritosos que alientan y encienden amistades y les dan alas!
¡Qué buenas esas plazas como tardes y esas tardes como plazas!
¡Qué buenos los colores que nos rodean y acogen!
Yo desde mi ventana me conformo con mirar cómo pronto van a estallas los almendros y cómo, al otro lado de la calle las mimosas van dejando crecer unos botoncitos que en la distancia ya pintan el amarillo.
Este invierno ya está casi caduco.
Besos y abrazos
Andrés