viernes, 25 de septiembre de 2015

EL BUEN SABOR

 
 
 Hay personas con las que te encuentras y notas un sabor alegre por el simple hecho de veros. Es una sensación muy agradable, que te amplía la percepción del alma, acercándola de forma suave y amigable. Te sientes entonces más cerca de ti misma, más en armonía con todos. Libre.
 
 Esto me vienen sucediendo-y sé que es mutuo- con Mihail, un ruso al que desde hace más de un año le doy conversación en catalán dentro del Voluntariado por la Llengua Catalana. Tenemos un encuentro semanal aquí y allá, sin día ni lugar fijos, cosa que a ambos nos va, disfrutando así de mayor libertad.
 
 
Me pregunto el porqué de esta sensación tan agradable. Reflexiono ahora  con todos vosotros y creo que, partiendo de la simpatía y afinidad mutuas, sobre todo proviene este amigable placer del hecho de  partir en cada encuentro de unos límites emocionales esenciales y simples:

un tiempo un espacio un motivo  delimitados

y  nada estrictos, que enmarcan de forma natural nuestros  diálogos.

2 comentarios:

  1. Me alegro,Isabel de bonita amistad! Y sí,realmente la clave es la libertad y la confianza! Besitos

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  2. Querida Pandorilla:
    No sé quién decía que "la familia nos viene impuesta, pero a los amigos los elegimos nosotros". Y aunque siempre hay casos excepcionales, por su rareza, lo normal es que elijamos bien a nuestros amigos, porque tenemos el tiempo necesario para liberarnos de prejuicios y el tiempo necesario para que las circunstancias nos vayan mostrando cómo es el otro.
    Hace mucho el tener algo en común, algo que compartir, algo que ofrecer, más allá de la compañía y de las palabras.
    Creo que una buena amistad se fragua en el día a día, aunque somos nosotros los que añadimos aderezo a ese cotidiano discurrir.
    Me alegro de que disfrutes de ese encuentro y que esa amistad derivada te haga sentir gratificada y gratificadora.
    Una bella circunstancia.
    Abrazos maños
    Andrés

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