miércoles, 5 de julio de 2023

Hablar desde la altura

Hay momentos en los que hablamos desde la altura, desde lo alto, desde lo más ancho y abierto, luminoso,  de nosotros mismos; decimos palabras que nadie espera oír,  que sorprenden, porque  expresan un amor al que no se está acostumbrado; palabras que dicen el verdadero valor del otro. 
Podría encontrar aquí algún por qué, quizá -no estoy segura- alguna razón, algo de lógica para de pronto expresarse así...pero siento que justamente esto sucede cuando abandonamos el control sobre la vida y dejamos salir el torrente de luz que somos...y sale esa luz oculta y temerosa por miedo a ser otro, diferente,  inesperado e incluso en ese instante quedarnos por un momento solos e incomprendidos, tal vez.

 Solemos ser seres previsibles y repetitivos, que vivimos según costumbres, pero cuando hablamos desde lo alto transformamos lo que creemos que somos -o que es la vida real-  en la realidad  misma; aquélla que subyace en lo profundo del ser y que callamos distraídos en lo cotidiano del día a día. 
Hablamos desde la altura cuando compartimos la pureza  hecha palabras, que hablan llenas de belleza, de sentido común,  de humanidad y que por eso son nobles y sinceras; salen sin pensarlo y son directas, veraces, y sobre todo acogedoras.
Nos abrazamos a veces, muy de tarde en tarde, desde lo alto con palabras.

1 comentario:

  1. Hermosa reflexión sobre esos momentos en los que conseguimos vernos y ver a los demás. Una invitación a la sinceridad con uno mismo, con los demás. Una invitación a la serenidad y la conexión. Siempre necesario .

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