Esta mañana salió un ratillo el sol y me faltó tiempo para ponerme a tomarlo en el balcón de casa, allí estirada en mi sillón empecé a recitar un poema anónimo del XVI que gustaba decir mi padre:" no me mueve mi Dios para quererte"...y al hilo me salieron algunos versos de mi madre...y tirando más del hilo llegó este sencillo poema que expresa ese momento de unión con ella:Aurelia
te recuerdo
y aquí recito tus versos,
suenan palabras del alma
que son memoria del tiempo.
Aurelia
te recuerdo,
tu amor rezuma en mi cuerpo,
no se aleja quien es nuestro,
se queda quedo y discreto,
dentro, muy dentro en silencio
para hablarnos dulcemente
cuando aflora el sentimiento.
Aurelia vives conmigo,
tu muerte fue un nuevo encuentro.
La inmensidad del amor de una madre, y de una hija por su madre supera siempre todas las barreras de la realidad. Está siempre. Tus palabras lo expresan intensamente.
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