El color de la Primavera, su fuerza y delicadeza a un tiempo, saltan aquí y allá en mi ciudad.
Jardines en que me detengo, plazas por las que atravieso, montes en los que me siento y dibujo.
Y al final la casa, el arcoiris multicolor frente al balcón y el jarroncillo alegre lleno de flores sobre la chimenea silenciosa.
Fragancias de Primavera... Bella donde las haya.
Es primavera por los árboles florecidos pero por el tiempo más parece invierno que primavera
ResponderEliminarUn abrazo
Querida Pandorilla:
ResponderEliminarMe encantan las florecitas azules en ramo de las glicinas. Me encantan los ciruelos japoneses y los arbolillos poblados de flores rosadas y me encanta el eclosionar de la vida con fuerza, con coraje, con esperanza, con ruido, con bullicio. Me encanta su fuerza, porque me recuerda la mía (cuando la tengo) y pareciera como que la vida se lanza y arrolla todo cuanto se le pone por delante sin pensar en dificultades ni en tristezas y mucho menos en el tiempo pasado.
Creo que la primavera es siempre un buen ejemplo para nuestro vivir cotidiano (aunque luego nos regodeemos junto al fuego del hogar en el invierno menos luminoso, pero más familiar).
Un fuerte abrazo primaveral
Andrés
Saps, avui he llegit que a Anglaterra anuncia l'arribada de la primavera al país The times: el primer ciutadà que sent cantar el cucut informa al diari del lloc i l'hora i la nota surt publicada com l'inici de la primavera, solen ser pastors o excursionistes que tenen el seu moment de glòria.
ResponderEliminarPrimavera,
ResponderEliminarmuchacha,
te esperaba!
Toma esta escoba y barre
el mundo.
Limpia
con este trapo
las fronteras,
sopla
los techos de los hombres,
escarba
el oro
acumulado
y reparte
los bienes
escondidos,
[...]
Pablo Neruda, Odas elementales, 1954