sábado, 27 de mayo de 2017

Historias de la pata coja-2

Hoy 27 de mayo me he bañado de cabeza en el mar por prinera vez este año. Ha sido en la enorme playa de mi  infancia, Castelldefels.

La noticia es enorme para Isabel, porque por primera vez también tras la caída me he sentido libre, libre como yo sé. Soñadora y alegre.

Pisar la arena en un día de sol bañado de un viento tan agradable...y poder zambullirme sin contemplaciones para notar el agua de niña, sus olas pequeñas, redondas, tan entrañables y ese azul de cielo en el horizonte. Nadar sin rumbo.
Que alguien lo explique.
Es inexplicable.
Caminar al fin, la arena sin más. Bordear la orilla y estar.
Luego la tumbona, el pelo revuelto, el cuerpo disteso y a gusto.
Un reencuentro.
De nuevo el sol.

Y para festejarlo, su chiringuito. Miraba a la gente, algunos tan diferentes, pero todos buscando ese rato de luz, de ilusión, amoroso.
Oía la musica llevando el ritmo dentro. Mi caña a buen  tono y el mar en el fondo.

Qué dicha sencilla cuando tienes todo!

1 comentario:

  1. Qué bien, Isabel.... Te irá muy bien el agua de mar para tu pierna y para tu espíritu, caminar por la arena y el bendito sol, con mesura.... Pa'lante....

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