miércoles, 15 de marzo de 2023

Vida

Estaba hace un momento en mi sofá dejando caer la tarde mirando el cielo...yendo suavemente desde el color gris al rosa suave... un violáceo tímido,  cuando sin saberlo sé que lo importante no es conocerse a una misma, que también, sino conocer la vida. 
No soy yo lo esencial por lo tanto -menos mal-  sino la vida misma.

El giro es crucial, lo cambia todo...ya no soy yo, ni tú,  ni ellos, los otros...sino quien nos lleva, quien sostiene y nos anima; lo esencial por lo tanto es ella misma. 
Y no es, además, diferente la vida de la vida de otras épocas,  porque vida es siempre vida y es la misma...un "totum" que sostiene nuestras idas y venidas, las historias,  las penas y alegrías del día a día. 
La vida no se va, sigue y se queda, es continua; somos los vivos los que entramos y salimos de ella. Y es útil conocerla para ocupar tu lugar e ir así contigo de la mano, descubriéndola.

Conocer la vida, intuyo,  es algo así como atenderla...una investigación sutil y muy sencilla...otra cosa, otra materia o la materia misma...diferente de esta preocupación de hacer, de ser, de amar, de amarnos...de abatares varios, alejada la vida del control diario, del pensar constante, innecesario.

Vida es el color índigo que abre la noche conteplándolo perdido en el espacio, lejos del yo, del tú, del ellos o el  nosotros y nosotras...y a la vez dentro, muy dentro de todos los nombres, las lenguas, los mundos, culturas...porque vida es sólo vida, este todo que aquí ahora me respira.

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