Éstos que veréis son del año 07, pero en realidad son atemporales, pues el campo permanece incólume en medio de esta aceleración de tiempo que el progreso dispone.
Muy de mañana, antes de que el sol llegara a las casas del pueblo, cuando aún las sombras festoneaban entre los matos por los caminos, cogía mi gorrillo y armada con mi cuaderno me echaba al campo, a oler la vida que entre silencios se desprendía...como hilillos de oro, de tan amorosa como yo la sentía.
Nogales quedaba en lo alto, señora con su Castillo, mientras yo descendía hacia la Fuente, origen medieval del pueblo, o me dejaba ir sin rumbo entre encinas inmensas, alineadas en un orden sublime y a la vez, ameno.
La raíz de la Tierra nutría mi vuelo de certezas de siglos.
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nota-un NOGALILLO (siguiente dibujo) es un instante de gozo vivido en Nogales
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