sábado, 5 de septiembre de 2009

Quizá fueron más de seis veranos consecutivos en Nogales, mientras veía crecer la casa de mi amigo J.A. paso a paso, con la cachaza de las gentes del sur...entre aquellas calorinas del verano extremeño. El campo se me hizo tan próximo que lo reflejo en mis dibujos de bitácora como si fuera parte de mí ese olor a mata, esos silencios ,y sobre todo la extensión inmensa de sembrados, de encinares, el espacio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario